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Nicte Ruiz MagaƱa

- Para mi Jesús, mi compadrito chulo, es y serÔ siempre The Big Fish, El Gran Pez; el gran contador de historias. Nadie como él para contar una anécdota o un chiste.

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Fueron 30 años de una hermosa amistad, en donde el amigo se convirtió en compadre y después en hermano. Nos incorporó a su hermosa familia con quienes también estréchanos lazos de amor a través del compadrazgo. Licha se convirtió en mi hermana, siempre con él siendo su fiel escudera y apuntadora, pues era ella la de que le decía: -"Ahora cuéntales este chiste o tal anécdota"-. Un ser humano como Jesús prÔcticamente no existe, es único y nosotros tuvimos la fortuna de que el destino lo pusiera en nuestro camino.


Me sorprendía su calidez, su amistad y lealtad a toda prueba, siempre apoyando a Javier desde su primera Diputación Federal cuando él fue su suplente y en las posteriores campañas, incluso aunque le costara la chamba. Su gran amor por la vida, nadie como él para vivirla, siempre alegre, positivo, sin guardar rencor hacia nadie. Decíamos que a pesar de su débil corazón, pues estando en la secretaria de finanzas sufrió un infarto muy severo, lo mantenía vivo su actitud ante la vida.


Por él conocimos un sinnúmero de buffets en diferentes restaurantes, pues era amante de la comida, decía que todavía no sabía qué le hacía daño y que no quería saber para seguir comiendo de todo. Extraño ya su platica amena, sus llamadas para decirme que que se ofrecía, que estaba pendiente de nosotras cuando Javier no estaba, sus llegadas repentinas a tomar café, a comer o a desayunar los domingos trayendo menudo y barbacoa. En fin miles de historias, de anécdotas de experiencias vividas en familia que se quedarÔn por siempre en nuestra memoria y corazón.


Jesús Pader no se olvidarÔ jamÔs pues es de esos seres que se quedan para siempre y que se vuelven un referente en tu vida. No es un adiós, es un hasta luego mi querido compadre, con tu partida se fue de este plano no sólo el amigo, el compadre, sino el hermano, un padre mÔs para mis hijas, otro abuelo de mis nietos y un integrante muy importante para mi familia y para todos aquellos que tuvieron la dicha de conocerte. Vuela alto querido compadre y haznos un lugarcito allÔ en el cielo.


Te queremos hoy y siempre.

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