-Ya cuando iba en el tercer round, Julio Cesar voltea y ve entre los aficionados y entre el público a Chuy y para la pelea y le dice: –"¡Chuy, qué bueno que viniste!".
Estábamos en Múzquiz y venia un empresario importante y le dije a Chuy que nos acompañara a ver un rancho y luego nos íbamos a ir a dormir a La Gloria. En la noche ahí en la cena, Chuy empezó a contar que una vez en Las Vegas fue a una pelea de Julio Cesar Chavez por el campeonato mundial y que él consiguio boleto de primera fila. Ya cuando iba en el tercer round, Julio Cesar voltea y ve entre los aficionados y entre el público a Chuy y para la pelea y le dice: –"¡Chuy, qué bueno que viniste!"–y que bajo los guantes –"¡Qué bueno que viniste aquí a echarnos porras, te dedico esta pelea!"–. Y así estuvo platicando anécdotas toda la noche. Al siguiente día fuimos a dejar al empresario a la pista, Chuy nunca supo quién era, hasta que llegamos de regreso al salón y dijo: –"Oye...¿y quién es este viejo?"– y cuando le dijimos quien era dijo –"¡Nombre! y yo platicando puras chingaderas!"–. Le dije: –"Pero son reales ¿no?"– y me contesta: –"Eso sí, pero por lo menos me hubieran dicho, a lo mejor le compro la mitad de la empresa"–.
Una vez regresábamos de Torreón y era mi cumpleaños. Mi esposa me había organizado una fiesta entre amigos y sus esposas aquí en la casa. Era una fiesta de Playboy pero Chuy la convirtió en fiesta árabe, quito los manteles y nos hizo turbantes a todos. Aquí esta la foto, esta Chuy, Kiko, Jorge Ancira, Raúl y yo.
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